Dear God. If you are here God.

¿Alguna vez te sentiste tan vacío por dentro que no lograste saber si eras tú?
¿Alguna vez tuviste el peso incomprensible de la humanidad sobre tus espaldas?
¿Alguna vez quisiste renunciar de tus dones y pretender ser normal?
¿Llegaste a tenerle miedo a las palabras?¿Te dijeron tus amigos de siempre que ya no querían que formases parte de sus vidas?¿Te has querido congelar en la ducha y que el tiempo se parase por siempre?
¿No llegaste a ser perfecto para tu familia?
¿Acaso sentiste que trabajaste durante años pero que no había música?
¿Tenías miedo de perder, cuando ya lo habías perdido todo?
¿Te dijeron que no valías nada?¿Te sentiste solo entre la multitud?

Yo pasé por todo eso, perdí cuatro años en el conservatorio, dando tumbos por culpa de un profesor acomplejado, mis amigos me abandonaron un día, nunca fui lo suficientemente bueno en mi casa aún siendo el mejor. Tuve secretos que nunca quise confesar, que me hirieron y deseaban verme sangrar. Vi morir a personas a las que quería, perdí toda clase de seguridad que necesitaba con tan solo 14 años, nunca tuve un hogar en el que pudiese sentirme tal como siempre quise ser, tampoco poseía una identidad, pero solo sabía una cosa, quería ser libre.

Eran alrededor de las tres de la mañana y había llorado, todavía seguía despierto, ya no tenía ningún miedo. Ni a las etiquetas, ni a la soledad, ni al fracaso. No tenía nada con lo que apostar, solo estaba yo. Con ganas de algo, no sabía por donde empezar y no iba a aparecer un golpe de suerte con el que solucionarlo todo, o una mano que apareciese de repente... necesitaba algo más. Saldría yo solo, me lo dije. Por primera vez sentí fuerza y entendí la verdadera incógnita que nos rodea y nos aterra y no la tuve miedo. El humano está rodeado de su extrema soledad y teme de hacerla frente.

Me puse de rodillas y junté las manos como me enseñaron, primero me dio vergüenza, porque hacía tiempo que no hablaba con Él, pensé que tal vez sería un completo extraño, o que si quiera existiese, pero esa noche no era de las que uno piensa en dudar si no que actúa por instintos, por conductas que llevan a la genialidad o al desastre. Estaba solo contra el mundo, no había opción, tampoco quise tener otra. Y susurré al aire: Dios, querido Dios, si tú estás ahí Dios... Y todo comenzó a cambiar.

Ahora soy un gran músico, un gran amigo y una gran persona

No hay comentarios:

Publicar un comentario

muchas gracias por comentar