Poesía Prohibida

Un cuerpo caliente sobre un lecho frío. Un paladar húmedo. Un beso lanzado al pasado. Se va, se fue. No queda nada.  Pedazos de deseo sobre unas sábanas que se caen de la cama húmeda. Unos botones que no son desabrochados. Un rincón de hojalata. Una cortina que se la come el polvo. Un silencio. Otro silencio. Una prolongada curva silenciosa.

La eterna pérdida de energía que las ascuas devuelven al vacío. -Abróchame la cremallera, que me voy.- Se fue. Los ojos se chocan por última vez. Se devoran con el iris. Acaban de ser la brutalidad carnal ceñida al momento. Pero se va y se fue.

Ojos que te desnudan en un segundo, para después desaparecer.

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