Yo Nunca

Säens le rozó las manos a "X" y creyó que el roce fue un eterno. Grey escribió sobre ello, pero siempre que lo intentó le salieron ripios. El sentimiento aún era cálido y latente, solo podía transportarlo Säens con su viola. Se le rompieron los dedos de tocar cadencias y finales para ellos dos. Pero sin saberlo, Säens solo había sentido un pálpito, nada más. Qué angustia sintió cuando de tanto buscar a "X" por las calles solo encontró silencio, qué pequeño que le hizo sentir a Neige con su búsqueda devastadora de amor...

Sobre eso Grey si escribió y reflexionó, he hizo sentir a Neige racional y objetivo, le enseñó que "X" era un imposible y por los imposibles no se pelea. Al final Neige se consiguió con el tiempo calmar. Pero en las noches más oscuras Säens todavía recordaba el tacto cálido y dulce de "X" y se decía a si mismo, o mejor dicho le decía a Neige "Yo nunca me rindo".

Sé tú quien alumbre mis pasos

A veces pienso que se marchó sin haber si quiera venido. Pero es que las personas son espíritus indomables y erráticos que vagan en busca de respuestas. Nuestra finitez se me antoja grávida y bella, sutil escarcha sobre los primeros retales de hierba verde de marzo. Pero a la vez es abrumadora. El vacío es el vacío, no hay definición más concreta para este. Inexplicables leyes de nuestro Universo permiten que personas que suponen gran parte de nosotros desaparezcan. No queda algo a lo que aferrarse y te puedes sentir parcialmente moldeado. La realidad es que el mundo no deja de girar porque lo que para ti supuso en antaño una razón para vivir hoy no sea más que un triste y redundante llover de otoño.

Porque en el fondo no eres el protagonista de una creación, si no una herramienta que desempeña una función en este girar tan viciado de vueltas y vueltas... Entonces, te miras, cuando ves que tu vida está en parte rehecha. Te preguntas quién eres, y sabes que aún sabiendo que ese ser querido, ese sueño nocturno o esos ojos tan verdes están lejos y pertenecen a otras dimensiones otras fantasías o a otras manos, tú tienes algo que te hace ser simplemente tú. Da igual que hayan desaparecido y que hayas sufrido un dolor trémulo en su ausencia, porque al final su ausencia te ha hecho grande.


Malditos héroes y heroínas de barrio



Porque sé que en las estrellas te ocultas.
Porque conoces mis secretos.
Porque cuando caí me levanté.
Porque aún lejos te siento.
Creo en ti.

Morada

Grey y Säens eran uno. Convivían en un mismo cuerpo pero cada uno poseía distintas voces. Grey analizaba la vida desde la montura oscura de sus gafas. Bolígrafo en mano unía razones por las que morir y vivir en tramas obsoletas y que nunca poseían un fin. Säens era bien distinto. Deseaba el lunar derecho e inalcanzable de su mejilla, era onda en el viento, tristeza en la noche y luz en la mañana. Era rotundamente imperfecto. Inacabado. Tan pronto se aferraba a la vida como la soltaba y la dejaba volar... Muchas veces Grey con amarga melancolía acallaba los impulsos de Säens que ansiaban de libertad, Grey, que era ante todo cauto e inteligente sabía bien que alcanzar la libertad en un mundo de esclavos era una condena.

A veces discutían ambos dentro del cuerpo. Intentaban deshacerse el uno del otro para poder abarcar con todo el poder de uno a Neige, la persona en la que moraban.
-Hermanito... No te engañes, nunca le darás una vida fácil a Neige. Le harás daño y con tus ansias de volar le llevarás a la locura.
-Pero le daré una vida llena de pasión y de verdad.
-Los humanos no quieren verdades Saëns, no al menos de esas de las tuyas. Sienten pavor por la verdad al igual que les pasa con las grandes personas... La música le relegará a la soledad más absoluta, ¿ de verdad quieres eso?
-¿Acaso hay opción Grey? Ocultar tus secretos en personajes no te hace más fuerte, ni te hace ser libre. Neige nunca tendrá razones suficientes por las que vivir, ni por las que morir. No podrá sentir el frío de las sábanas ni el aliento cálido de la madera en su cuello...
-Se enamorará, y se sentirá débil al lado de esa persona con la que podrá ser totalmente pleno.
-No te engañes Grey, nunca él por si solo podrá sentirse completo y grávido. Esa persona cubrirá huecos, lo rellenará como a un molde, lo domará... !Maldita sea Grey, Neige se derretirá como la nieve en abril¡
-Eres su lado enfermo... Déjale marchar o lo acabarás matando...
- Sí tú estás aquí no lo mataré, Grey, te lo prometo. Tal vez te haga difícil escribir, como tu me harás difícil sentir con Neige, pero juntos haremos de él algo nuevo y diferente, una mezcla agridulce. Tal vez será una bella persona.
- El mundo necesita personas bonitas, convirtámoslo en un instrumento del arte.

Grey y Säens disponían su tiempo en llenar de paz a Neige. Los otoños eran escarlata a ojos del músico y ululares de viento a oídos del escritor. Eran diferentes y dispares. Neige era consciente de las dos vidas que albergaba, las sentía en el palpitar estrecho de su corazón con sus huesos... Se deshacían en el ambas personas para convertirle en una. A veces no se sentía del todo él si no todo lo contrario, se veía más una mezcla de lo que la naturaleza a la que no alcanzaba conocer le había llevado a ser.

Una Oda a La Rusticana

Tuya y mía. Con estrellas por medio. Violines gritando un "te quiero", un ramo de flores, una luna, velas, un silencio... A otra persona le conferiría cualquier otra melodía, pero esta, solo la entendemos tú y yo. Gritar lo imposible, chillar lo inalcanzable, llorarle al cielo una estrella. Todo eso eres. Aún difícil, aún soñando, vivo con la esperanza de no tener sueños mejores o que estos sean fruto de un despertar a tu lado. ¿!Y qué puedo gritar¡? ¿Qué muero por morir si es por ti? Tantas son las cosas las que nos separan que amar en silencio se hace más bello y más doloroso. Pero es un dolor que hace nacer en mí la poesía la música y la sonrisa. Un dolor plácido, trémulo, puro... Porque esto que yo siento viene de un amor que nació en vidas atrás, no lo dudes.


R, Que te quiere.

Pavane

Te quiero pedir un favor, no es uno fácil, querida.
Es algo que no a cualquier amiga podría pedir.

Para cuando Insomnes mis pupilas
se abran y busquen, un consuelo
en tu luz, traspuesta y dormida.
Te quería pedir algo, a ti, a la vida.
 Porque para cuando los versos
desaparezcan y mueran y con ellos
se vaya la poesía. Necesito que vengas
y que me prometas hacer algo. (Mátame).

Para cuando todas las estrellas tengan nombre.
Para cuando al humano secreto no se le escape
y la ciencia lo defina todo. Mátame.

Para cuando el amor se convierta en magnitud
y los misterios en leyenda. Para cuando tú
valgas dinero, vida mía, mátame.

Mátame si muero matando, mátame si pierdo
la locura, y si el alma queda definida en un punto
exacto del cuerpo, mátame también.

Mátame si el mundo gira objetivo, si alcanza
a fin a su girar absurdas utopías.
Si condeno al diferente o al herido.
Vida, amiga mía, mátame.

Si la soledad me vence y me asalta, o
si los sueños se mudan a pesadillas por un eterno.
Si mi sentir sufre una metamorfosis de ansiedad
y pesadumbre. Si mis dedos se duermen
y la música se desvirtúa. Mátame vida, que si
lo haces, tan pronto como muera volveré a nacer.

Hazlo mientras duerma para que no me entere
de semejante miedo. Así sin saber que muero
me voy. Porque si esperas a que me despierte
moriré de angustia. Qué morir más horrible
aquel en el que tú no estás presente y el mundo
está vacío y sin razones por las que perder.
Que morir más amargo en ese en el que tú,
vida no estás para avisar, para avisarnos
de que hay senderos blancos que recorrer
y mundos sin dueños que descubrir.

Se me Han Quebrado Los Huesos

Se me han quebrado los huesos
de tanto reír risas falsas.
Se me han hundido las rodillas
de tanto pedir a mis Dios, que me salva.
Se me ha partido la crisma de tanto
trabajar,ay se me ha partido el alma.
Y se me han roto los huesos
de a tantas órdenes y a tantos
reyes tener que la libertad entregarla.

Se me han quebrado los huesos
que destrozados pedían ser maleables
para doblegarse, para suplicar y trabajar
a mansalva. !Qué cansadito que estoy y
aún no es ni la hora de cruzar a otros mares¡
Qué agotado que estoy de la vida,
que sin rumbo y sin sentido por mi consciencia vaga.

Dame Algo con Lo Que Soñar

Con tal de que esta noche el sueño no te invite a dormir.
Con tal de que un pensamiento te invada.
Con tal de que yo esté presente aun siendo sombra.
Soy feliz.

Están trémulas las estrellas, trémulas de frío.
Solas se buscan y en conexiones inexactas
se encuentran. Qué raro es todo bajo el azul
marino del cielo. Tú eres bien escarlata.

Con tal de que un percutir atuse tus oídos
y cale tu mirada verde y negra.
Soy feliz.

Con tal de que en algo tú y mi dolor se parezcan
y como estrellas en lo oscuro se busquen.
Soy feliz.

Me hago insomne para en tus pensamientos
poder divagar. Para saber que yo, siendo yo
estoy completo y no compartido a medias
por lo que el mundo siempre quiso hacer de mí.

Sueños Pretenciosos

He querido un sol.
He querido querer.
Y queriendo quise
cosas horribles,
y antojé tu mirada
triste, verde y oscura.

No sé si es malo
desearte una herida
en el pecho abierta.
No por el lucro de
matarte.
Si no para poder darte
algo que sin más por ti
arrojaría. Sí, hablo de
mi tesoro, la vida.
Mi vida.

Para un Escritor Ido

Para cien historias muertas, que de todas ellas solo una tenga la suficiente verdad como para ser contada. Si el tío Tom tuviese la labia de antaño nos relataría cuentos hermosos... Para un sin sonrisa que se ahoga en humo. Para un escritor sin palabras, ido, muerto... Para un amanecer de nardo. Para un suspiro y un glizzando. Para todos ellos...

Para la inmensidad del Universo, un minuto de calma. Y para el silencio, otro de pasión. Nunca él usó demasiado la historia viva de entre toda esa maraña de muertes, por miedo a gastarla y a envejecerla. Por eso, cada vez que la contaba tenía algo de nuevo, algo de viejo, algo de nada... La sangre en el pecho se duerme y dormidos entendemos lo que aquí en la Tierra nos supera. !Qué naturaleza más mezquina la del ser humano, que aún sabiendo desconoce y aún siendo consciente de su existencia su fuerza le es inalcanzable!

Y todos lloramos una lágrima por sus historias calladas. Dejamos que un Requiem se apodere de nuestra calma y mientras un bajo continuo de órgano siemble nuestra estampa. Que se note que al tío Tom lo echaremos de menos, que no se diga que no le quisimos y que contra él se cometió una atrocidad. Para cien historias ahogadas en soga que al menos una tenga relevancia, para una tragedia de dioses y monstruos. Para él... Que nunca haya un recuerdo sin su ausencia. Ni una confesión sin su trama, sin sus palabras, idas.

Para los mil y un libros prohibidos, que al menos uno te sea otorgado. Que sus lomos te sumerjan en un mundo paralelo, de sueños y azahar encauzado en ríos de viento. Las abejas recorriendo tus entrañas tatuen de miel tu clandestina marcha. Palabras vedadas, moribundas y aún latentes. Palabras... Si hablan es porque no deberían decir nada y aún así dicen; secretos. Páginas en blanco que sostienen el verso. Cuestiones que nunca la humanidad debió preguntarse. Existencia. Respirar todo su peso, letra a letra que fluya por tu sangre  te empape de su hetérea sensación.

Una soga, 13 segundos, inconsciencia... ¿Paz? Quién sabe... Tío Tom, dime dónde se quedaron tus relatos, con sus insolubles y sencillas definiciones del amor imposible. Acaso se ahogaron con el vaho de San Petersburgo. No, que no se entierren y tras la arena se asfixien. Que lo que necesitan es libertad... Que tus palabras exhalen el viento de lo inexorable. Para un escritor sin libro. Para mil historias muertas, para un cielo de nardo. Para un pétalo negro, para un glizzando. Para ti, tío Tom, para ti, para tu infinitez rozando el cielo. Para que dentro de tu lecho jamás descanse tu alma. Para que lo haga en los libros y que tras mil y un libros prohibidos e innumerables historias sin vidas, quede siempre la tuya, con su triste y añil olor a lavanda.

Algodones, Verdes y Lampos

Estate. Quieto. En el raudo bienestar del tiempo. No te sumerjas. Las aguas son verdes. Parecen una delicia. Te atraen. Pero mienten. -Malditas aguas mentirosas-. Cuanto más hundes tu mirada en ellas más las necesitas y más intangibles se encuentran. Son droga para tus sentidos. Se te antoja chocolate derretido en fresa. Se te antoja, peligroso, imprudente. Se te antoja.

Duele no poder sentir. Tanto como ver que la inspiración muere. Sangra. La sangre y el algodón es bello, sobre algodones quiero dormir. Que se empapen de mi derrame, de mi quejido en el pecho. Que se atormenten con joyas verdes que hieren. Y que rojo y  blanco, ardido y trémulo quede mi lecho. Que mi rostro duerma en el diluvio de los astros perdidos. De los astros más blancos. -Oh Dios que contigo sueño, si desapareces todo será más fácil.- (O simplemente dejará de ser). Putos días perdidos. Putas almas muertas. Putas vidas sin vida y muertes grávida de gravideces. Putas injusticias. Putas lagunas verdes. Putas tentaciones. Que convierten el verso bello, en verso roto, en aire dócil. Puto mundo que gira. Puta incomprendida naturaleza humana, inalcanzable, obtusa, olvidada... Para nosotros, los putos portadores de ella, con sus putas mentiras y sus putas verdades... ¡Ay sus verdades, cuánta sangre sobre los algodones derraman!

Sobre los algodones quiero morir. Quedarme bien yerto. Derretirme... Blanco, pálido, repálido. Y que el mundo siga girando, con sus estrellas, sus cometas y sus astros. Que lo haga, sin razón lo suficientemente racional como para comprender que le tengo miedo a los días soleados. Porque me recuerdan que son el reflejo del mar, y que éste es azul, nunca verde. Malditas aguas mentirosas. Malditas mentiras piadosas. maldita ignorancia, maldito destino... Y que haya más días sobre los que alumbrar la palidez de la luna y menos que recuerden que las falsas verdades siempre fueron mentiras.

Dulce ilusión

Tenía una vida en la que estaba acostumbrado a la soledad. Al desamor. Juré no querer, no sentir nada por nadie. Fuerte estupidez. Salí y bebí y volví a beber. Me quedé a ver el sol caer sobre la arena rojiza del Confital. Caminé las calles sin buscar a nadie. Creía ser perfecto. Algunas noches cenaba palomitas mientras veía mis series preferidas. Otras salía corriendo para despertar en la playa. Ninguna se terminó de parecer a la anterior. Era indomable. Era impetuoso, infranqueable. Nadie podría hacerme tal cual quisiese. Yo era fuerte, fuerte... Engañé sin amor. Viví a tope. Todo giraba en torno a lo que yo decidía. Hasta que un día el alcohol no fue suficiente como para ahogar lo que pasaba.

No hay música que escriba la imperfección que convierte su cara en perfecta. La energía que fluye entre su pelo y su mirada. Se licuan los minutos. Se mastican las palabras. Mordidas y maltrechas dicen, que sin decir no son nada. No es el tiempo, ni el lugar. No es la situación, ni la vida que ninguno de los dos debería tener. No es "un cegar de belleza" sino una atracción a la que no puedo resistir. Es entender tus ojos clavados en mí. Verlo imposible.

He dejado de jurar cosas que me superan. Ahora estoy solo y en mi soledad las horas se consumen. Las noches se han hecho iguales, de vacías. Son monótonas. Todo ha cambiado. Ahora no soy salvaje. Tus impredecibles actos me hacen. Busco por las calles tu aroma, impregnado en una rauda sensación. No estás. Juego a imaginarte, a imaginarme. Me hiciste frágil, triste... Ya no vivo consciente del presente, sino en el hipotético caso de acabar contigo, de hacer tu cuerpo al mío y dibujar lienzos en una historia que no existe. Antes yo, era yo, sin necesidad de nadie. Ahora me he hecho a lo que tú decidiste, (o quién sabe si yo mismo) hacer de mí. Practicas canibalismo conmigo, me desmiembras, me conviertes en algo, en alguien que nunca creí que llegaría a ser.

Ah, y tú que lo haces sin saber.

Un Adorno en el Adiós.

Las hojas, perdidas en una historia en la que no eran correspondidas y preguntándose si habría otro verano sobre el que brillar en la Tierra, se deshojaban. Era un suicidar bien bello, carente de razón alguna, lento, gris, romántico...

Morir porque ante la duda lo harían mil veces. Por la inverosímil certeza del mañana. Del otoño pardo  cargado de húmedos lampos. Morir por locura, por ti, por inviernos más blancos... Y terminar terminando, conscientes de que he aquí la vida, imperfecta, imprecisa, en la que fallar es necesario para seguir estando, pero en cambio, morir es último, es único... Morir... es perfecto.


Óleo de Edouard Manet.


El Desaliento.

Son símbolos. Nunca os lo dije, pero lo son. Difíciles, obtusos... Nunca dicen lo que uno quiere escuchar. Para entenderlos, hay que conocerme demasiado bien. Ni yo los trato de comprender. No lo hagas tú. No interpretes conclusiones tuyas. Son erróneas. Me desalientan, me inducen a dejarlo. Tú, afortunadamente no llevas mi carga. No eres capaz de sentir el peso del infinito Universo sobre tus hombros.
Siéntete como mínimo afortunado. Así que, no obvies conclusiones que no te son otorgadas, léeme desde la incertidumbre. No juegues a las adivinanzas, porque aun acertando errarás. Lo harás conmigo. Volviendo mi escribir más difícil y pesado. Creando un temor en mis entrañas.

No me conozcas. No sepas nada de mí, que aun sabiendo seré imposible. Si juegas a adivinar dejaré de escribir en público y me alejaré de tu vida. Porque si algo me impulsa a seguir aquí es la ignorancia, las sombras que tú, en un hálito de soberbia tratas de iluminar.

Nos mintieron, no somos seres racionales. Somos una partida hacia el mundo de lo irracional y lo imposible. Eso nos hace únicos, bellos... Almas.